Aunque todavía faltan algunas semanas para que arranque oficialmente la campaña de la renta del ejercicio 2024, es buen momento para ir poniéndonos en situación. Porque seamos sinceros: la mayoría dejamos todo para el último momento, y luego llegan las prisas, las dudas y, a veces, los sustos.
Prepararse con tiempo para hacer la declaración no solo sirve para que no se nos eche el plazo encima. También es una forma de entender mejor cómo funciona el sistema fiscal y tomar decisiones informadas sobre nuestros ingresos, deducciones o incluso retenciones.
Y entre todos los temas que conviene tener claros antes de sentarse a revisar la declaración, uno destaca por encima del resto: los famosos tramos del IRPF, que cada año generan confusión y algún que otro mito que sigue muy presente.
Uno de los errores más comunes que todavía arrastramos es creer que si ganamos un poco más y “cambiamos de tramo”, vamos a acabar perdiendo dinero. Nada más lejos de la realidad. Este es uno de esos bulos fiscales que se repiten una y otra vez, pero que no tiene ningún sentido en un impuesto progresivo como el IRPF.
¿Qué quiere decir esto?
Pues que no pagamos el mismo porcentaje por todos nuestros ingresos, sino que estos se van repartiendo en tramos, y cada uno tiene su tipo impositivo. Así, si un tramo acaba en 30.000 euros y ganas 32.000, no significa que todo tu salario pase a tributar al nuevo tipo más alto. Solo esos 2.000 euros extra tributan al tipo superior. El resto sigue pagando al tipo anterior. Por tanto, ganar más nunca va a suponer cobrar menos neto, aunque ese pensamiento esté más extendido de lo que parece.
Otra cosa que a menudo se pasa por alto es que el IRPF tiene una doble estructura: por un lado está la parte estatal, que es igual para todos, y por otro, la parte autonómica, que depende de cada comunidad. Y aquí es donde las diferencias pueden ser notables, porque según dónde vivas, los tramos autonómicos pueden ser más suaves o más exigentes.
Esto significa que dos personas con los mismos ingresos pueden pagar cantidades distintas de IRPF si residen en regiones diferentes. Por eso no está de más revisar cada año cómo queda la estructura de tramos en tu comunidad autónoma. A veces hay cambios que pueden afectarte, aunque sea ligeramente.
Referencias para consultar los tramos:
- www.irpf.com.es - tablas de tramos por comunidades autónomas
- www.irpf.eu - calculadora y excel
Más allá de los tramos, también es importante tener claro qué ingresos tienes que declarar.
Mucha gente piensa solo en su salario o pensión, pero la realidad es que Hacienda tiene en cuenta muchas otras fuentes de renta. Por ejemplo, si alquilas una vivienda, si has vendido un inmueble, si has cobrado intereses del banco, dividendos, subvenciones, si eres autónomo o si hiciste alguna operación con acciones o criptomonedas. Todo eso puede tener su impacto en la declaración. Y cuanto más complejo es tu perfil de ingresos, más importante es llevarlo todo bien controlado para evitar errores o sustos a la hora de calcular el resultado final.
Otra cuestión que suele generar dudas son las deducciones. Aquí es donde realmente puedes marcar la diferencia en el resultado de tu declaración. Pero claro, para aprovecharlas hay que conocerlas bien y aplicarlas correctamente. Deducciones por vivienda habitual, por aportaciones a planes de pensiones, por familia numerosa, por donaciones, por maternidad o por inversión en empresas nuevas… Hay muchas, y no todas aparecen automáticamente en el borrador. Así que revisar bien este punto puede ayudarte a reducir tu factura fiscal.
Y hablando del borrador...
Mucha gente confía ciegamente en el que ofrece la Agencia Tributaria. Pero hay que tener en cuenta que ese borrador es solo una propuesta inicial. Puede tener errores, datos incompletos o simplemente no contemplar situaciones personales que sí deberían incluirse. Por eso, revisarlo con calma y no darlo por bueno sin más es una tarea esencial.
En definitiva, preparar la declaración de la renta no debería ser un acto mecánico que hacemos deprisa y corriendo en cuanto se abre el plazo. Es una oportunidad para conocer mejor nuestra situación económica, entender cómo funciona el sistema y aprovechar al máximo las opciones que tenemos para pagar lo justo, ni más ni menos. Y cuanto antes empecemos a recopilar papeles, revisar ingresos y resolver dudas, más tranquilos llegaremos a ese momento.
Porque sí, hacer la declaración es obligatorio. Pero hacerlo bien y con conocimiento, es una manera de cuidar nuestro bolsillo. Y si además conseguimos desmontar mitos como el de los tramos, mucho mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario