He de reconocer que llevo demasiados meses haciéndome esta pregunta - ¿Qué tablet me debería comprar? - y a estas alturas aún no tengo claro siquiera si debería decantarme por un entorno Android o por el omnipresente iPad de Apple.
Aunque eso si, en este tiempo si que he conseguido fijar algunos mínimos que marcarán mi futura compra. Por ejemplo, el tamaño mínimo al que aspiro son las 10 pulgadas, y es que las 7 pulgadas se nos quedarían demasiado pequeñas para tareas tan comunes como ver algunas fotos o navegar por internet.
Y hablando de la pantalla tiene que quedar bien claro que debe tratarse de una pantalla táctil capacitiva que asemeje el comportamiento tanto como sea posible al iPad, en este sentido la apuesta de Apple tiene todas las de ganar. Simplemente tenemos que pasar nuestros dedos sobre su superficie para descubrir quien ha logrado la perfección en las pantallas táctiles.
Los problemas que acompañan a Apple se resumen básicamente en los siguientes grandes inconvenientes. En primer lugar el hecho de no soportar la tecnología Flash de Adobe que tan integrada aparece en multitud de webs, y segundo y aún más importante el hecho de no permitir conectar directamente nuestro pendrive para poder disfrutar de nuestros contenidos multimedia.
Estas dos cuestiones otorgan un gran peso a otras opciones basadas en Android, tales como el Samsung Galaxy Tab, Acer Iconia, o porque no las económicas apuestas realizadas por Archos.
Con respecto a las comunicaciones parece que la extensiva presencia del WiFi restaría valor a la versión 3G, para la cual además habría que contar con un plan de datos con nuestro operador móvil.
Resumiendo, parece que existen demasiadas opciones, lo cual complica inevitablemente la búsqueda del tablet perfecto.
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