No he podido resistir la tentación de relataros mi experiencia con el taller al que tuve que acudir tras tener un desagradable incidente con el coche. La cuestión es que algún desaprensivo decidió que mi espejo lateral no encajaba con el color del coche, así que pensó que dándole una patada estaba todo resuelto.
El caso es que tuve que llevar el coche al taller y plantearme la posibilidad de dar un parte al seguro. El problema es que en su momento decidí optar por un seguro a todo riesgo con franquicia, de forma que yo mismo tendría que hacer frente a los 200 primeros euros de la reparación.
En este ocasión el coste de la bromita ascendió a 150€ por lo que decidí pagarlo yo mismo, y evitar así dar un parte estúpido por el que no recibiría ninguna compensación. La cuestión que se plantea ahora es si resulta rentable el tema de la franquicia.
Desde mi punto de vista este instrumento permite premiar a los buenos conductores que no dan partes todos los años. Estos podrán ahorrarse un importe similar al de la franquicia anualmente. Si por cualquier razón tenemos que dar un parte, habrá salido lo comido por lo servido. Pero si tuviésemos la mala pata de dar más de un parte pasaríamos a números rojos.
La franquicia es pues interesante para conductores que realicen pocos kilómetros al año y que tengan su coche a salvo bajo el techo de un garaje. En estos casos el precio de la póliza de seguro se puede reducir en casi 200€ de los que nos beneficiaremos si no damos ningún parte.
Tal y como está el patio tenemos que tratar de ahorrar en los gastos más importantes, y a buen seguro el coche es uno de ellos. Siguiendo algunos consejos como el tema de la franquicia, el recurso de multas, o buscando un seguro online podemos ahorrar bastante. Y si aún quieres ajustar un poco más te recomiendo que eches un ojo a este blog de seguros, y que busques, compares y ahorres.
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