Desde hace poco más de tres días tuve la ocasión de que un amigo me mandase una de esas preciadas invitaciones para probar el servicio ofrecido por Spotify y quedarme sorprendido por el buen gusto con el que ha sido diseñado y desarrollado.
Distingo dos tipos de servicios totalmente diferentes en el mundo de la música online, por un lado localizar una pieza musical en concreto, para lo cual Spotify es perfecto, y escuchar música con un determinado estilo que te guste, para lo cual Spotify es mejorable.
En cualquier caso la cuestión de esta entrada es el sistema de invitaciones que se emplea para el registro de nuevos usuarios. No se trata de una técnica nueva, ya que otros servicios online como la mayoría de los de Google, os suena GMail o Wave, y otros como Tuenti funcionan de igual forma. Sin embargo dudo sobre los objetivos que se persiguen.
En no pocas ocasiones lo han catalogado como un sistema de marketing que crea cierta exclusividad provocando un mayor deseo para la obtención de dichas invitaciones. Sin embargo, si conseguir la invitación resultase muy costoso podría provocar la fuga de posibles usuarios.
Buscando una razón de mayor peso se me ocurre que las invitaciones sean empleadas por los creadores de la herramienta para controlar el crecimiento de la misma y poder así dimensionar adecuadamente los servidores con el fin de evitar colapsos o experiencias desagradables en su uso.
Este razonamiento cuadra con el hecho de poder apuntarse a una lista para recibir invitaciones cuando estas estén disponibles. Spotify puede crecer, pero lo hará cuando les interese. De hecho, si el sistema de ingresos, probablemente basado en publicidad, aún no está muy desarrollado, puedes preferir retrasar la entrada de usuarios que de momento no serán rentables.
Por otro lado el valor de cualquier portal, red social o aplicación online suele guardar una estrecha relación con el tamaño de la comunidad, por lo que limitar el acceso a la herramienta podría ser contraproducente a largo plazo.
En términos de innovación quiero dejar mi propia propuesta, que consistiría en un sistema de reconocimiento facial como alternativa para acceder a nuestra red social favorita. Con los actuales portátiles con cámara seguro que más de uno estaría interesado, y ruido, lo que se dice buzz, lo generaría sin problemas.
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